domingo, 31 de julio de 2011

La muerte más sorprendente jamás presenciada.

El magistrado miraba a la nada. El juicio estaba apunto de finalizar.

El fiscal, hablando casi pálido de miedo ante la fría mirada del asesino. Su fría mirada azul, helada como su corazón, atravesaba el silencio de la sala.
Yo era su abogada.
 Miraba atentamente a John J. Litch,  vestido con corbata y el mayor cinismo que había visto en todos mis años de abogacía. Asustaba a 10 metros de diámetro con su apariencia de nazi convencido. Temido por todos incluso si desconocías su historia.
Sabíamos todo sobre el caso. Mi hermano Michael trabajaba en la policía y había averiguado que este hombre era uno de los mayores homicidas buscados por todo Washington, el estado de Nevada...Había recorrido tantos lugares sólo matando de unos modos tan viles que era hasta preciso estudiarle.
Practicó el homicidio contra mujeres 3 veces, acontinuación otras 3 a hombres y otros 3 a sus hijos. Todos ellos, pertenecían a una antigua amistad que se convirtió en Discordia. Los 6 primeros eran los famosos colegas, y sus hijos puramente por venganza.
En ellos practicó las torturas más temibles con la excusa de su carrera como médico. Después de engañar a sus amigos haciéndose pasar por el médico del pueblo, que les sugirió pasarse por un nuevo virus que estaba afectando a la población. Y confiados de la amistad del médico (al que había secuestrado y emparedado en una casa en las afueras) Dos de las mujeres y uno de los hombres (marido de una de ellas) se dirigió a por ellas.
Entonces, se desató el horror. Evidentemente mi hermano no quiso contarme más detalles, pero me imagino lo crudo de la escena del crimen.
El juez se levantó levemente. La sentencia estaba preparada. Condenado a muerte, con inyección letal.
-¿Tiene usted alguna oposición a la sentencia?-dijo el juez asustado, pero a la vez con tranquilidad de poder eliminar a uno de los peores criminales que la Justicia ha sentenciado.
-Sí, sólo una última cosa.
Silencio absoluto.
-Voy a morir en este mismo instante. He tomado un medicamento que, como sabrán los forenses de la sala, adormece el cuerpo hasta matarlo. Sí, señor. Esta es la inyección letal. Lo lamento todo, quizás por eso muera aquí y ahora; porque no podré llevar este arrepentimiento un segundo más. No tengo nada más que decir que...espero...que...esto sea justo...La venganza jamás debe, ni debió de servir para nada más que morir así, solo para querer dejar de vivir, querer sufrir desesperadamente por algo que se habría arreglado sin el poder y la avaricia, porque...acabaríamos... como yo ahora. Lo siento, chicos-miró al cielo en alusión a sus víctimas-...Lo siento, juez Matthews...me perdono, yo mismo, y...-entonces, dijo mirandome-Perdóname...te agradezco que hayas razonado conmigo...declararme culpable ha sido lo mejor..perdonad..-dijo llorando.
Ya empezaba a surgirle el efecto. Le cogí del bolsillo-sabía que ni se inmutaría-las pastillas y se las mostré al juez.
Cerró los ojos al fin, todos nos levantamos, llevaron al asesino y en cuanto salió de la sala...
Mantuvimos el silencio un minuto. Pero ese silencio en realidad decía sus últimas palabras.

La venganza jamás debe, ni debió de servir para nada más que morir así

Y así fue archivado el "caso Gamada", el día 4 de septiembre de 1968 como la muerte más rápida que ha podido dar un juzgado...y el caso más complejo, emotivo y polémico de todo el siglo.

miércoles, 27 de julio de 2011

22-23 de agosto de 2010

http://rain-tears-sky-eyes.blogspot.com/2010/08/carta-una-noche-increible.html
Cómo pude considerarte solo una Personita siendo ahora lo único que me importa

Antigua marioneta, nueva humana. (Letras destacadas)

Mis manos dejan de moverse con los hilos de mi mente, de mi lógica escéptica, cuando tú me hablas.
Tengo autoridad para decirte todo lo que quiero decirte. No me reprimo los te amo que tanto me gusta decirte. Sé que te lo repito una vez (quizás dos, o tres, o cuatro) cada 6 segundos (o 5, o 4...Incluso subliminalmente) . Ya no es difícil. Ya no soy el muñeco de esa criatura a la que llamo "miedo" o "inseguridad". Ahora mi cabeza es tuya, y es libre. Libre encadenada a ti.
Y esta mi voz, a ti debida, es esclava de un maravilloso amo llamado Quererte. Me trata muy bien. No puedo quejarme de lo que me da todo lo que te quiero.
No hay nada mejor que tú. No puede existir algo tan perfecto e idílico; es más, es IMPOSIBLE,
y, es más, no puede ser lógico que yo pueda quererte tanto, si no fueras la hermosura de la que hablo...¿no?
Ah, te amo.
Te amo.

lunes, 25 de julio de 2011

Temer

Temo a que no vuelvas, pero ahora temo a dónde voy en este viaje sin ti.

Temo a que desaparezcas otra vez.

Temo a que me duela tanto como una puñalada en el estómago.
Estoy asustada y no estás aquí para abrazarme.


Te huelo en todas partes y no eres tú
rodeándome.
No estás aquí.
No estarás....

martes, 19 de julio de 2011

-

En verdad, no creo que esto tenga pinta de homicidio. Homicidio, hacia una fémina ¿no? Solo es una punzada en el corazón. Eso que llaman despecho.

miércoles, 6 de julio de 2011

historias para no dormir

Hoy el vaso de Whiskey le miraba resentido.
Un bar de carretera. Cálido. Huele a soledad, a silencio y al tabaco que sostenía el muchacho del traje.
Estudiaba derecho. Pero estudiaba triste, pero con tristeza lo hacía todo menos dormir.Pero ya empezaba a verse reflejado en la copa con una cara de facha capullo demasiado grande. Soltó el cigarro con mala leche y suspiró.
No es tan fácil ser joven. Ni siquiera niño. Cuando él era un criajo, todo iba bien, pero cuando la mayoría de cosas no las sabes y fallas, te frustras. Es como si se parase tu mundo sin errores y juego.
Ahora que tiene 20 años...la cosa, evidentemente, fue a peor.
Desde los 16 años sabe qué estudiaría. Derecho y criminología, quizás teología y chino. En resumen, sacarse partido así mismo.
No es tan fácil ni proponérselo, ni hacerlo. Probablemente si quiera es intentarlo. Hay que quererlo de verdad. Pero no sólo una carrera. Hay que saber qué se hace, por qué se hace.
Y sí, sabe que es un chaval silencioso, que sabía dominar sus pasiones y que hacía las cosas de verdad. No era un filósofo. Pero era fiel así mismo, que considera que es lo mejor que puede aspirar. La verdad, si algo sabía de su reflejo en ese vaso de sabor fuerte y desahogo con moderación es que sabía a quién miraba.