martes, 4 de octubre de 2011

pensadoras las cabezas benditas

Benedicamus domino (Bendigamos al señor), pensarían hace tantos años como mi memoria guarda de los libros de historia.
Ahora...¿benedicamus mentis (mente)? ¿rationis (razón)? ¿"consumismum"?
No quiero resultar muy irónica (por lo menos no demasiado, soy sarcástica de por sí) pero es un tema que me está rondando mucho la cabeza...
Hoy me ordenaron a realizar un comentario filosófico de un pensador español, Jesús Mosterín.  No me cayó muy bien. No sé si era yo en ese momento, que estaba más perdida que un ciego en una caja...pero no, no me va eso del fatalismo.
Sé que aún estamos perdidos en el pensamiento.
En verdad "pensamiento" es un término tan abstracto como la nada.
No quiero que alguien que lea eso se deje de ver culpabilizado en el buen sentido, quiero decir; que se sienta responsable de que esa persona también forma parte de esa población naufragante intelectualmente, que se sienta capacitado a que también sea el Triunfador, el aspirante a llegar a un buen puerto, a llegar una filosofía perfectamente ideada para su bienestar.
La filosofía busca, hiere en el alma como un poema y el dolor es examinado por la mente. O sea, no es filosofía de café o de pipa; de esa en la que hablas de payasos de la tele políticos o de cómo crees que van las relaciones amorosas.
No.
Es tan interior que a veces no se puede ni decir en voz alta.
Es enormemente hablador por dentro, sólo por dentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario