martes, 3 de septiembre de 2013

Mi querido amigo...

¿Aún te acuerdas, cielo moreno y noble?
Tus áridos ojos de ámbar árabe se alinearon derretidos para tocar mis manos,
pálidas y diferentes
Mi niño árabe, cuando tenías tres años y yo cuatro.
Querido amigo, el cielo libio me enamoró, y con eso tu amistad desértica se volvió paz.
Después de quince años te rememoro con el mismo ansioso amor que siempre
Por que tú fuiste siempre mi amigo,
fuiste un don sin tapujos.
Me pondría mil pañuelos en mi cara caucásica y tú me las quitarías con tus manos arábicas.
Porque quieres verme sonreír a toda costa. Corretear bajo el intenso sol
que te hace tan cálido y a mí me enseña el mundo que amo.

Querido amigo, Bab' Aziz cantaba sobre los átomos que danzan
Y yo a tu lado me imagino llorando de emoción oyéndote hablar los tuyos, como los tuyos,
y me haces sentir íntegra con ellos.
Quince años no han cambiado mi amor, querido amigo.
Yo te adoro bajo la dorada solana de tu dolorido país
Al que llevo en el corazón...contigo.
Las lágrimas caen calientes en árabe  y yo quiero conventirlas en la salvación inesperada.
Querido amigo, te imagino simplemente escuchando a Wael Kfoury
 mientras cierras los ojos lleno de emoción y ganas de festejo.
Porque las canciones comerciales de hoy, donde enseñan mujeres y carros llenos de poder
Para ti solo es la verdad, chulería, es divertido, se acabó.
Tú eres un espíritu moreno lleno de gracilidad, y eso me hace sentir que quiero saber aún más,
aún habiéndote visto crecer.
Me llena de júbilo haber visto como tus mejilas se aplanaban y se volvían toscas como las construcciones libias
Me llena de orgullo verte alto, alto y largo como la Alhambra,
pero  tú signifcas aún más valioso que todos sus tesoros y legados...
Querido amigo...
Yo ahora te echo en falta y estás tan lejos como de aquí a Granada, estando en dos calles más arriba, y en efecto, y ahí se acaba el símil.
Querido amigo, no he terminado.
Tu amiga dulce se acuerda de ti. Se acuerda del sabor de los pasteles de tu hermosa madre
hechos de pistacho de sus ojos almendrados, lejanos, melancólicos
Cuando empecé a crecer jamás imaginé que estuviesemos distantes alguna vez,
pero aquí estoy, tú con lo tuyo y yo intentando aprender tu cultura en la carrera de mis sueños,
las clásicas, gozos latinos, griegos, hebreos, bizantinos, imperiales, árabes como tú, tesoro;
y tú eres aún más dorado, lleno de áridos colores y tan valiosos como tu mano sobre la mía de una vez por todas.
¡Vuelve a ser un niño conmigo! Paseemos por todas partes gozando de la paz de esos niños que sólo se querían.

Pienso en observarte y aún siento lo mismo y más que siempre.
Siento que debo cogerte y reír a morir contigo.
Reír como amigos. Comer a lo loco amistosamente. Marcharnos y echarnos de menos, porque así nos queremos. Nos recordamos, desde que esa reja verde del colegio no logró separar de ti mi vida.
Volveré a verte, no es una pregunta. Es mi intención más noble...

No hay comentarios:

Publicar un comentario