domingo, 26 de febrero de 2012

Prefacio

Mi hermana se llamaba Melpómene y era como una bella diosa.
Cantante. Hermosa. El nombre le venía que ni pintado.
Mi apuesto hermano fue llamado Príamo Alberto. Dotes de liderazgo, escultor de muchachas nobles.

Yo solo era Juan Luis. Para mi hermana, para mi hermano. Moreno con un reloj corriente. Ojos normales, cuerpo normal. Camisa azul, normal. Vaqueros sencillos. Gafas grandes y mirada caída menos en un momento del día en que veía a mi bella muchacha.
Yo era para la chiquilla que amo, Luis y nada más.  Nada más, nada menos. Otra existencia.
Pero ella también se llamaba normal. Carmen. Y ya está.
Pero era Carmen como una bella rosa. Delicada. Su olor me acosaba por las mañanas para que yo pudiera suspirar por ella.

miércoles, 22 de febrero de 2012

dita sea.

Tengo miedo.
Me acorralan.
Estoy ante dos aceras
yo en la carretera.
No sé si me pasarán por encima,
eso nos ocurre a todos,
pero no sé a lo que amar,
o la que amar.
No puedo censurarme más.
Que se entere el universo que no sé saber amar.
Soy una pasión con extremidades inferiores.
No sé discernir de mi sexuada condición o mi corazón
No sé si en este nuevo mundo,
supuestamente bien fundamentado,
habrá perdón
o tendré disculpa
porque no sé distinguir mi amor llevando décadas en este planeta.
Yo sigo de acera en acera,
pareciendo pasar desapercibida,
cuando llevo tal indecisión de calle en calle...












Dedicado a los indecisos, en cualquier sentido de la palabra.

martes, 14 de febrero de 2012

le gustaría a platón

Ya no recuerdo el olor de tus ropas
la mezcla de nuestro perfume
ya no.
Y me gustaría ser más breve, pero los aromas me sugieren demasiado.
Voy a herir lo más profundo de tu corazón.
Te impregnarás de mi olor con cada brisa.
Recordarás, sí o sí, lo único que QUIERES tener de mí.
Cuando quieras decirme algo...
será tu elección,
pero la mía será si quiero escucharte
o hacer que formes parte del vulgar paisaje.


A todo amor platónico,
que se quedó en romance,
que terminó en una amistad entre comillas, 
y ahora solo quedan esos " "
y el espacio vacío en sus memorias.
Personalmente,
a mi amor platónico.