Echo de menos a la abuelita.
Echo de menos tirarle de sus colgantes y admirar sus anillos
y esas manos que me cogían por las rodillas
Mientras reía
y reía
Y daban iguales las distancias
Horas de viaje quedaban cortas
si podría estar con ella aún más días
Mi único segundo amor, mi segunda mamita
Oh...¡Cómo hecho de menos su pintalabios entre sus carcajadas tan antiguas!
Sus mejillas siguen pareciendo soles.
Cuando ella me deje en el mundo consciente,
dejará de brillar un rayo solar por cada lágrima de extrañeza.
Por cada lagrimita que ella no podrá limpiarme.
No me mueras, abuelita...aún vamos a reír como la muchacha de los 30 que eras,
con tu falda y cinturita en movimiento de vaivén
¡Sigues siendo tan hermosa! Y te echo tanto de menos...
Con esa mirada siempre enamorada con que miras tú...¡Quién te oyera cantar!
"su pintalabios entre sus carcajadas tan antiguas"
ResponderEliminarA veces, das un giro inesperado en tus líneas y te superas.