Este es el dolor que siento por que la muerte te está cubriendo con los brazos y a mí me está quitando los míos sobre ti...
Tener que saber que la cordura la tienes tan apagada
Buscarme en tu mirada y no encontrarte.
No encontrarte en ningún recuerdo de antaño.
Te busco, no te encuentro entre tu oscuridad
Ya no de mi mente...si no tu espejo del alma
La han absorbido entre los humos insanos
la efervescencia de la locura bajo tu lengua...
Qué tardes tan trágicas sin nosotros.
Qué ardiente el fuego de tus entrañas
deseosas de lo que sería tu infierno si así continúas...
Tú querrías, ¿estar, conmigo en una habitación de esas bajo el cielo de Roma
sano, junto a mi...sin ningún impedimento más que el perder el aliento?
No crees en Dios, no crees en nada, no crees en mí;
no te crees nada y tan pronto estás muriendo por dentro tan solo, sin nada...
Tu vida es la flor en invierno...
se hiela,]
la rompen como si de veras fuera un cristal efímero de la naturaleza;
muere]
pero jamás podrá florecer de nuevo...
No dejes que te petrifiquen
Porque aunque tu sangre fluya rápido bajo los efectos de la felicidad artificial
de las que muchos te hablan...
Correrás demasiado por tus venas
Caerás
Desfallecerás...
Y otras, con sus lágrimas de tristeza heladas
Romperán esa flor marchita
Y no habrá servido de nada...quédate.
Quédate en silencio y simplemente búscame con la mirada
que cuando sepa que te encontré
sabré también que has vuelto a ser esa flor sana y dulce
que de las raices del amor se amamantaba...
Poema a las drogas y a las que tomas, Luz.
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