No paro de imaginarnos.
Un meeting. Una excusión extraña de esas,
donde buscas conocidos y encuentro tesoros como tu mirada.
Como tu boca.
Tu boca me enloquece. Me fulmina porque parece que no acaba jamás.
Cada vez que hablas de algo se pierden las palabras. Mis ojos devoran esas palabras invisibles.
Mis oídos se ensordecen. Y tu boca sigue prometiendo. No pararía de mirarte bajo el cielo, bajo nuestro techo, bajo la vida. Admiro tu belleza. Tus palabras que parecen deliciosas junto a esos labios entre abiertos en esa sonrisa de amor.
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