Ni la música me cura esta herida.¡Ni las cuerdas eternas del violín esconden la sangre que emana!
Amar es para ciegos. Y yo tengo los sentidos intactos. ¡Intactos! Y sonaré ruin, vulgar, sonaré peor que la trompeta de lo que llamaban el Juicio Final, pero yo no seré más ciega.
yo no quiero sufrir.
¡Y sí! Los vulgares diréis cobarde. Pero los comprensivos diréis que aprenda. Y así ha de ser.
La vergüenza tan monstruosa que siento, al verte, al notarte, Y LUEGO sentirte otra vez distante, acabará conmigo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario