Paul dijo que si Camille le dejara, él vendería el piso y no escribiría el guión. Una posible infidelidad, un abrazo roto, un beso despiadado y mentiroso...la duda de la existencia del amor por cada golpe de Paul agravaba el sentimiento de desprecio de Camille.
Ella eligió entre el dramaturgo y el cineasta, y escogió la muerte de la mano de su propio marido.
Y por otro sitio, Penélope le era infiel a su marido. Él se marchó sin ella, desembarcó en busca de honor y se quedó sin el amor fiel de su mejor. Sin embargo él no echó a sus pretendientes por amor y respeto, para que ella aprendiera a tratarlos. Era infeliz con la idea de perderla, y por eso mató a sus pretendientes y reconquistó a su esposa.
Sin amor, la mínima convivencia se convierte en una pelea inflamable cuyo fuego se puede alimentar con cada falta. El mejor arma de doble filo es amar, y vivir en el mundo que no existe es la perdición, el primer camino hacia la dura verdad.
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