Una noche más, con menos estrellas.
Y no sé si hay demasiada luz o me falta la tuya.
No sé por qué estoy tan entristecida una noche
que no puedo evitar.
La belleza diurna si quiera es la tuya, y entonces,
cuando el cielo se vuelve oscuro bajo su manto de diamantes incrustados
tampoco te veo bajo las farolas...
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