martes, 10 de julio de 2012

Mi muñeca rusa

¿Por qué nos peleamos? ¿Por qué callamos nuestros rencores?
¿Por qué parece que no le diste importancia a una situación tan hermosa? ¿Por qué aún sueño con tu disculpa, con tu caricia, con oír la nota más baja de tu tono decir un mísero "Te conozco"? ¿Por qué aún el antídoto del tiempo no fue lo suficientemente sabio?
¿Por qué nunca pude decírtelo yo? No la preferías. ¿Acaso duró tu aventura con aquella chica cercana más que conmigo?
Sigo sin pensar qué de valioso viste en sus cabellos de oro. ¿Y qué si los míos eran de negro carbón? No me malinterpretes. No quiero decirte que si fuimos tus marionetas. La gran bofetada del efecto mariposa te dio dolores y espero que pensaras en mí. Pero que sepas que fui más que un dolor. Tan linda que me decías que era...
Voy a rendirme. Voy a admitir que olvidarte es como intentar morirse por convicción y no por ley natural.
Existía la perfección, y no fue tarde; es más, desconozco la fecha de tu existencia, pero sé que existe cuando tus padres te engendraron en acto de amor; y entonces dejó de ser acto de amor para ser el acto de perfección.
Pero lo siento. Comprendí que lo perfecto no tiene lugar. Podrías ser el amor de mi vida. Deseé que lo fueras todo este tiempo, pero supongo que no eres para mí. Te idolatraría, te amaría toda mi vida siendo tú y sólo tú, sin cambios ni alteraciones. Pero me cuesta comprender aún que amo a otra persona ahora mismo. Aún no creo lo que digo. Me contradigo. Pero si te viera por primera vez se acabaría todo, y es por eso que verte sería lo mejor del universo. Ya no habrían más ilusiones. Mandaría al infierno toda esta historia de amor doloroso.
Quizás...quizás me salve.

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