sábado, 19 de marzo de 2011

Qué lúgubre

El pájaro oscuro y pico dorado.
Las alas tristes y la rama quebrada.
Un sol sin rayos
tapado por nieblas de esponja.
El cantor agacha su cabecilla
para mirar el suelo abajo
de tierra y sin dolor
por que tiene alas.
Y al otro lado del tronco imponente...
absurdamente
por prejuicio
estaba yo
apunto de caer al vacío
y si quiera con alas rotas.

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