Cuando llega la felicidad, se convierte en algo indescriptible.
Pero cuando no llegaba, cuando era una utopía (un deseo demasiado lejano), nos resultaba fría, inalcanzable y además, nos entristecía saber que esa felicidad la tiene alguien.
Entonces ocurre el famoso milagro.
Lo das todo por perdido.
Entonces...entonces piensas "por una vez más no pierdo nada, si al volver a mirar no estará."
Error.
Ahí está el regalo del cielo.
Con tu nombre, mi amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario