De dolor.
De cólera.
Pero sobretodo porque no puedo hacer nada más.
Maldita sea la envidia, los celos, ahora, maldigo porque haces arrepentirme de todo lo que he hecho para intentar no recordarte y no morirme sin que estés aquí.
Pero nada. No importa.
Tú allí, Yo a muchas pulgadas. No?
Todos en paz.
Habían dos en este juego, el que CREÍAS QUE TE ARREBATABA tu trono dorado.
Y tú. Al que creías exiliado, ¿no?
Ahora si que te exilio.
Ya está.
Se acabó.
No luchemos más.
Mi camino se separa , mis sendas, mis olmos ya no cruzarán tus ríos.
Mis cuadros ya solo ocuparán un solo artífice.
Dos amores, dos inseguridades. Una me ha dejado por despecho.
Maldición.
Sólo me queda una luz del mundo.
Sólo una esperanza.
No es mi Dios, aún.
Si quisieras que volviera a tu senda...
cruzaré el Nilo si es preciso.
Yo por desgracia no olvido los caminos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario