domingo, 22 de abril de 2012

...y otra vez tú

No puedo mirar a la cara a las personas que se parecen a ti en lo más mínimo. Ojillos tristes y la piel pálida, no puedo.
Y no soy yo por la que moriste algún día.
Qué triste era yo, oía pasar el viento con tus palabras y volaban con él. El oxígeno era tan invisible como lo que fue mi existencia para ti.
No paraba de mirar las flores, que ese rubor parecían tus labios que jamás VI NI TOQUÉ, y volvía mi enemigo más temido, el viento a llevarse esos pétalos a ninguna parte.
Llegó un momento en que fumé para no respirar el oxígeno que arrastraba ese estúpido Céfiro celoso. Era tal rencor el que sentía por ti que mi cara odiaba sentir que esa brisa no fueran tus caricias ni tu calor, ni tus abrazos, ni una palabra tuya cabalgando por tu aliento.
Moriría tu recuerdo, pero jamás mi pensamiento.
A veces te pienso y mi cabeza te odia. Por un recuerdo paso por emociones que antes fueron sentimientos. No soporto pensartelo, porque lo peor de todo es que no sólo te pienso, aún te padezco.
Te quiseaborrezco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario