Pero lo efímero duele más que lo grave.
Es una dolencia que arruina el estado más placentero. Una mariposilla
que se posa en tu vientre y no se marcha.
Una mariposilla del recuerdo.
Del amor..
el amor hacia aquella y mejor no decir de géneros.
No vaya a darse nadie por
Es solo un secreto de mi vientre y la suavidad de la punzada
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